Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
info
La joven Clare Crockett, cuya máxima aspiración era ni más ni menos la de desfilar sobre la alfombra roja de Hollywood, dejó a un lado todos sus sueños un Viernes Santo, tras un encuentro a solas con Cristo Crucificado. A sus 17 años, el Señor transformó su alma y ya no anhelaba otra cosa que no fuera tener a Cristo como único amor. Este deseo de que su alma fuera solo del Señor, de vivir a solas con el Solo, la llevó a consagrarse en las Siervas del Hogar de la Madre, vocación a la que se entregó con absoluta generosidad. Su alegría desbordante condujo a muchas almas, sobre todo de jóvenes, a descubrir que la verdadera felicidad se encuentra únicamente en Dios. Su coherencia de vida y su entrega total en los distintos apostolados que llevó a cabo en España, Estados Unidos y Ecuador lograron transmitir eficazmente el mensaje de que solo Dios puede saciar el corazón del hombre cuando este se da del todo a Él, sin negarle nada. En abril de 2016, el derrumbamiento producido por un terremoto de la casa donde vivía la comunidad en Ecuador la llevó al tan anhelado encuentro definitivo con el Solo.