Este sitio web utiliza cookies para mejorar su experiencia mientras navega. Las cookies que se clasifican según sea necesario se almacenan en su navegador, ya que son esenciales para el funcionamiento de las características básicas del sitio web. También utilizamos cookies de terceros que nos ayudan a analizar y comprender cómo utiliza este sitio web. Estas cookies se almacenarán en su navegador solo con su consentimiento. También tiene la opción de optar por no recibir estas cookies. Pero la exclusión voluntaria de algunas de estas cookies puede afectar su experiencia de navegación.
Imprescindibles
Las cookies necesarias son absolutamente esenciales para que el sitio web funcione correctamente. Esta categoría solo incluye cookies que garantizan funcionalidades básicas y características de seguridad del sitio web. Estas cookies no almacenan ninguna información personal.
No imprescindibles
Estas cookies pueden no ser particularmente necesarias para que el sitio web funcione y se utilizan específicamente para recopilar datos estadísticos sobre el uso del sitio web y para recopilar datos del usuario a través de análisis, anuncios y otros contenidos integrados. Activándolas nos autoriza a su uso mientras navega por nuestra página web.
Los nazarenos de Hohenleiter son tal vez la representación pictórica más icónica y reconocible de la Semana Santa sevillana. Forman parte de una amplísima
info
Los nazarenos de Hohenleiter son tal vez la representación pictórica más icónica y reconocible de la Semana Santa sevillana. Forman parte de una amplísima serie de ilustraciones realizadas, mediante distintas técnicas, para la serie «Sevilla y la Semana Santa» que editó la imprenta de Gómez Hermanos, al cuidado de Enrique Gómez Millán, entre 1921 y 1935.
Francisco Hohenleiter (Cádiz, 1889-Sevilla, 1968) fue pintor y un ilustrador muy literario, de enorme fuerza y peculiarísima técnica. Su pintura debe mucho al romanticismo goyesco y al costumbrismo a lo García Ramos o Jiménez Aranda. Pero como grabador e ilustrador, pese a haber permanecido siempre recluido en Sevilla, donde realizó toda su obra, está entre los mejores de su tiempo. Sus «láminas de Semana Santa», cien veces imitadas, suntuosamente coloristas, finamente alimentadas de un modernismo sevillano que reinterpreta modelos renacentistas y barrocos a los que se añaden vislumbres de la vanguardia expresionista, son sin duda, pese a su relativa limitación temática, lo más representativo de su mundo y la mejor interpretación gráfica de la Semana Santa de Sevilla de todo el siglo XX.
Teresa Lafita