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La descripción la hace el mismo san Manuel en su libro "Un sueño pastoral":
«Al Seminario le ha venido, como llovido del cielo, y hecha por manos de ángeles, una imagen de un Jesús Adolescentes, con traje y postura de Pastor. Sobre el hombro izquierdo lleva una ovejita, que bien a las claras dice lo a gusto que va y el placer que le produce la proximidad de Corazón que el Pastorcillo le descubre con su mano izquierda. Su actitud no es de decir: "Venid a mí, que os espero", sino más bien: "esperad, que ya voy..."
Su mano derecha no empuña cayado ni honda, sino que oprime contra su músculo racimos de uvas y haces de espigas, de la Eucaristía con que quiere atraer, alimentar y guiar a su ganado hacia los montes eternos.
En un zurrón henchido, que del hombro derecho al muslo izquierdo lleva terciado y que seguramente le hizo y colgó su Madre antes de salir, lleva su comida que, como él mismo declarará después, es la voluntad del Padre Celestial que lo envía».