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DIEGO CAPADO QUINTANA. SACERDOTE
Colección: Biografía
Edad recomendada Todas las edades
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10,00 €
Él quería ser cura de pueblo y así fue toda su vida, en Bollullos Par del Condado y en Almonte. Pero ser cura de este último municipio significaba ser también rector de la Basílica de... Seguir leyendo
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Categorías:
- LITERATURA RELIGIOSA
- Biografías
Y, cosas de la vida, por ser cura de pueblo tuvo el privilegio de tratar directamente nada más y nada menos que con su Santidad el Papa Juan Pablo II cuando este vino a visitar a la Virgen de El Rocío. Fue él quien le preparó su visita y quien lo atendió en todo momento. Y el Papa ya no se olvidó del párroco de Almonte. Tanto es así que, al cabo de un tiempo, don Diego fue a Roma y visitó al que ya hoy es Santo para darle las gracias por haber visitado la aldea rociera. Y al arrodillarse ante él para besar su mano, el Papa se la retiró y se la puso en su hombro y le cantó al cura de pueblo No te vayas todavía, no te vayas por favor. Don Diego se quedó perplejo con la simpatía del Santo Pontífice. Esa fue con la sevillana con la que fue despedido por el grupo rociero cuando se marchaba de El Rocío y que, evidentemente, le dejó huella al Papa.
CAJA RURAL DE HUELVA
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