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"Nada nos pertenece. El hombre es sólo un eslabón en medio de la sucesión de generaciones innumerables. Cada hombre y cada generación tienen por tarea recibir la herencia de quienes les han precedido y transmitirla... Seguir leyendo
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"Nada nos pertenece. El hombre es sólo un eslabón en medio de la sucesión de generaciones innumerables. Cada hombre y cada generación tienen por tarea recibir la herencia de quienes les han precedido y transmitirla a quienes les suceden. Pero en este relevo se produce una transformación, que es la aportación específica, la huella de cada hombre y de cada generación que actúa en el presente. La herencia que nos ocupa aquí es la Filocalia de las Padres Vigilantes, llamada también la Gran Filocalia: un precioso legado en el que, en unas 2.500 páginas, se rocogen más de mil años de la experiencia espiritual de los monjes de la Iglesia de Oriente. Un mormullo, un impulso atraviesa esos mil años de oración, esos mil años de búsqueda: el deseo de contemplar la belleza de Dios oculta en la Creación y el deseo de contemplar esa Belleza que está por encima de toda creación. Una sed incontenible, una sed insaciable. Pero, al mismo tiempo, una sed serena, apacible, una sed humilde, que aprende a esperar, a alcanzar su meta sin violentar nada ni a nadie. Sed de ver a Dios... Visión que es conocimiento y amor a un mismo tiempo, ya que "Dios es amor". Y conocer ese Amor supone ir transformándose en él y dejarse transformar por él. Así se van los tres dilatando (el conocimiento, la visión y el amor), a medida que crece la humildad, esa disposición -limpieza y pureza del corazón- que permite ir acogiendo más y más a Dios". Javier Melloni Ribas (Barcelona, 1962) es licenciado en Antropología por la Universidad de Barcelona, y en Teología por el Centro Sévres de París, donde actualmente está ultimando su tesis doctoral. Es además miembro del "Centre Cristianisme i Justícia" de Barcelona.
SAL TERRAE, EDITORIAL
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