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Como aquel Gazel de las Cartas Marruecas de Cadalso que paseó asombrado la España romántica, Fco-Francisco y América-Ana, protagonistas de esta curiosa historia, pasean por Huelva su asombro; y si aquél paseó de la mano... Seguir leyendo
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Como aquel Gazel de las Cartas Marruecas de Cadalso que paseó asombrado la España romántica, Fco-Francisco y América-Ana, protagonistas de esta curiosa historia, pasean por Huelva su asombro; y si aquél paseó de la mano de Nuño, estos lo hacen de la de Kafka, pero quitándole hierro a la cosa, desde un humor esperpéntico que juega ante todo con el lenguaje: el de América y el de Huelva, a base de malabarismos lingüísticos prestigiosa marca de la casa Dante Medina. Me enkafka vivir en Huelva es ante todo un festín disparatado y un regalo que un ciudadano de la vieja Nueva España nos hace a los de por aquí, un espejo distorsionado, como el del valleinclanesco callejón del gato, para que nos miremos sin vergüenza y con una sonrisa o, a ser posible, con una carcajada. Un paseo por nuestras calles, nuestros bares, nuestra fobias y nuestras filias; una zarzuela de mariscos, claro, estamos en Huelva en la que se cuecen nuestras venturas y desventuras, nuestro bienes y nuestros males, una ventana hacia el interior que nos desvela eso que se llama idiosincrasia y que tan complicado resulta reconocerla cuando la mira uno mismo.
NIEBLA
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