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Comenzamos un nuevo Adviento y con ello una oportunidad de ½desperezarnos+, estirar nuestros brazos y saltar de ese sofß que nos atrapa y en el que tan c¾mod
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Comenzamos un nuevo Adviento y con ello una oportunidad de ½desperezarnos+, estirar nuestros brazos y saltar de ese sofß que nos atrapa y en el que tan c¾modos estamos. El Adviento es un tiempo que nos pone un horizonte de esperanza, oportunidades de cambio y todo un ramillete de promesas del Se±or por delante de nosotros. ½Mirad que realizo algo nuevo; ya estß brotando, +no lo notßis?+ (Is 43,19). Como nos se±ala el profeta tan solo hemos de mirar, abrir nuestros ojos de par en par y ver los brotes nuevos. +Acaso estamos tan encerrados en nosotros mismos que no los percibimos? El siglo XXI ha empezado, por un lado, sumergido en una incertidumbre donde se han caÝdo muchos de los grandes relatos, y por otro haciendo patente nuestra vulnerabilidad humana, que parecÝa infranqueable. En esta sociedad liquida que vivimos, o mßs bien gaseosa, tras una pandemia, viviendo una guerra en Europa, cosa que parecÝa impensable una crisis econ¾mica, hemos aprendido que no hay nada seguro, navegamos en un mar tormentoso, lo mßs previsibleÓ es lo imprevisible. Ante esto podemos tener la tentaci¾n de instalarnos en el escept